Estudios de varios neurofisiólogos estiman que el cerebro humano está capacitado para aprender con fluidez de veinte a veinticinco idiomas.
¿Sabías que John Bowring, diplomático británico, quien murió en 1872, supuestamente sabía 200 idiomas y hablaba correctamente 100?
¿Sabías que Pinocho fue escrita originalmente en italiano y luego traducida a 260 idiomas?
Curiosamente las obras traducidas en mayor número de idiomas están relacionadas a la religión, por esto la Biblia ocupa el primer puesto: es el libro traducido a más idiomas en el mundo.
Se denomina HIPERPOLÍGLOTA a la persona que habla más de once idiomas.
Un hiperpolíglota, Ioannis Ikonomou (Iraklio, Grecia, 1964), es uno de los 1.750 traductores que emplea la Comisión Europea, pero el único capaz de hablar 32 idiomas diferentes. Y además domina algunas lenguas muertas sólo por afición.
Una lengua muerta es la que carece de hablantes nativos o competentes, es decir, una lengua que ya no es la lengua materna de nadie (a pesar de que a veces algunos lingüistas u otras personas la conozcan de forma secundaria).
Se denomina polisémica a la palabra que tiene dos o más significados que se relacionan entre sí.
Si bien esta es una de las palabras polisémicas más conocidas, bien merece la pena nombrarla. En España y Chile, la palabra “carro” significa carreta o carruaje mientras que en la mayoría de países latinoamericanos se refiere a un automóvil. En España, si alguien te dice que se ha comprado un carro nuevo, piensas en un carrito de la compra, o en una silla de paseo para bebés, ya que en España dirían: “me he comprado un coche nuevo”.
Otra palabra polisémica es Bocadillo, en España es un sándwich elaborado con un pan partido en dos y relleno, mientras que en Colombia y Venezuela es un dulce elaborado a base de guayaba, plátano o leche, de forma cuadrada y recubierto de azúcar. En México, Honduras y Cuba también se denominan así a diversos dulces cuyo ingrediente principal puede ser el coco o el boniato.
La palabra Taxi es universal y es entendida en todos los continentes como un medio de transporte pagado, con excepciones como en Estonia (Takso) y en Turquía (Taksi). Lo que se diferencia en los países es el color y la marca lo cual hace fácil reconocerlos a pesar de su escritura en Asia o en África.