Descenso a la ciudad de todos los contrarios
I. Perdóname Señor, porque he pecado Mi nombre es Sebastián. Nací hace treinta y tres años un día como éste en un poblado del centro oeste de Francia, a orillas de un río de nombre impetuoso. Me he salvado por milagro, entiéndase como quiera, por voluntad divina o por la fuerza bruta del azar. Quisiera […]
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